Tengo un gusto salobre, en mis labios fríos
el amor se ha filtrado en el reloj del tiempo
a mi lado, vagando, se confunde el hastío
y doy vueltas a ciegas al igual que un trompo
Como planeta encanto, estoy fuera de órbita
caminante sin rumbo, que perdió su ideal
olvidada en el suelo, soy una flor marchita
que antes era perfumada, y ahora huele mal
Para mi boca seca bebo agua bendita
tal vez ella me ayude y vuelvo yo, a besar
necesito el ritual, mi corazón medita,
sobre los ojos claros pongo gotas de azahar
Quizás, si alguien levanta esa flor caída
y la acomoda suave, en las hojas de un libro
sutilmente, tiesa, seca y aplastada
aún, reviviría para decir: ¡yo vibro...todavía!
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